La música es un fenómeno cotidiano en
nuestra sociedad. La percepción, procesamiento e interpretación de ésta implica
la activación orquestada de circuitos neuronales específicos en áreas de la
corteza auditiva y motora. De igual manera, la música produce al interior del
cerebro la activación de regiones anatómicas que forman parte del sistem a
límbico y están relacionadas con conductas como la actividad sexual, ingesta de
comida o el consumo de alguna droga.
Estudios que han utilizado la
resonancia magnética funcional muestran que la música genera la activación de
diferentes áreas de la corteza cerebral similares a las que activa el lenguaje
verbal, incluyendo la activación del área de Broca. Sin embargo, pacientes con
pérdida de sus capacidades para el lenguaje hablado, mantienen sus habilidades
musicales, sugiriendo un mecanismo cerebral independiente para la generación de
la música.
La música es un elemento cultural que favorece la comunicación y la
expresión emocional, las emociones evocadas por la música dependen del sistema
límbico y paralímbico. Estudios de neuroimagen realizados en la
universidad de McGill en Montreal por Robert Zatorre y Anne Blood en el 2001
demostraron que al escuchar música atonal se activan áreas del sistema límbico
relacionadas con sensaciones desagradables, mientras que al escuchar música
tonal se producen sensaciones placenteras. La música activa los sistemas de
recompensa, se observa a través de las técnicas de neuroimagen un aumento del
flujo sanguíneo en el nucleo accumbens (relacionado con el placer).
Además se ha demostrado que
la música con tiempo rápido y tonalidad mayor crea reacciones de felicidad y
por el contrario, la música con tiempo lento y tonalidad menor genera tristeza.
Lozano, O., Santos, S. y García-García, F. (2013). El cerebro y la música : ARTÍCULO COMPLETO
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