viernes, 11 de abril de 2014

¿Cómo vemos...?

Para que una persona pueda ver, la imagen ha de estar enfocada en la retina. Esta imagen provoca cambios en la actividad eléctrica de millones de neuronas de la retina, lo que provoca que se envíen mensajes a través del nervio óptico al resto del cerebro.

Después de que la información (la imagen) pasa a través del cristalino, la luz atraviesa el humor vítreo (sustancia transparente y gelatinosa). Tras haber atravesado el humor vítreo, la luz incide en la retina, donde se encuentran las células receptoras, bastones y conos, es decir los fotorreceptores. Los conos son los responsables de la visión diurna, sobre los detalles y son fuente de la agudeza visual. Los bastones no detectan diferencias de color y aportan información en la oscuridad, por lo que los bastones se activan en un entorno poco iluminado. La retina humana contiene aproximadamente 120 millones de bastones y seis millones de conos, gracias a ellos nos aportan información sobre todo lo que tenemos alrededor.

Otra estructura de la retina es la papila óptica, donde los axones que transmiten la información visual se reunen, formando el nervio óptico. La papila óptica produce un punto ciego, ya que allí no hay receptores. Normalmente no percibimos nuestro punto ciego, pero se puede demostrar que existe. 

  • Puede hacer la prueba: cierre el ojo izquierdo, mire el rombo con el ojo derecho. Cuando pasen unos segundos, el círculo habrá desaparecido debido a que su imagen se proyecta en el punto ciego de su ojo derecho.


Los fotorreceptores establecen sinapsis con las células bipolares que a su vez conectan con las células ganglionares (neuronas que discurren a través del nervio óptico). La retina también contiene células horizontales y amacrinas (ambas transmiten información a la superficie de la retina).



Molero, A. (2013). Principios de neurociencia y comportamiento. Madrid: Pearson Educación.

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