viernes, 23 de mayo de 2014

Formación de vínculos de pareja

La monogamia no es siempre exclusiva, ni siquiera del ser humano, pues existen ciertas culturas que incluso fomentan la poligamia. También existen las personas que presentan lo que se conoce como monogamias en serie, ya que tienen relaciones intensas durante un determinado período de tiempo y que posteriormente son reemplazas por otras relaciones de intensidad similar con una nueva persona. Sin embargo, alrededor del cinco por ciento de los mamíferos, establecen relaciones monogámicas de larga duración (parejas heterosexuales). En los humanos, este tipo de vínculo también puede darse en parejas homosexuales.
Han sido varios los estudios que se han realizado acerca de vínculos de pareja en ratones de campo. Se ha descubierto cierta relación entre la monogamia y los niveles cerebrales de vasopresina y oxitocina, liberadas por la neurohipófisis como hormonas y por el cerebro como neurotransmisores. La causa de que se de la monogamia parece ser el nivel alto de receptores de vasopresina en los machos. De hecho, realizaron un experimento en el que los ratones polígamos se convirtieron en monógamos a través de una inyección de un virus modificado genéticamente que contenía el gen del receptor de vasopresina, por lo que aumentó la síntesis de esta sustancia, convirtiéndose los ratones en monógamos.
En cambio, la oxitocina juega un papel importante en el establecimiento de los vínculos de pareja, en el caso de las hembras. El apareamiento estimula la liberación de este péptido. Un descenso en el nivel de oxitocina frena la formación de los vínculos de pareja.

En cuanto a los seres humanos, es muy probable que tanto la vasopresina como la oxitocina influyan en la formación de vínculos de pareja. Un buen ejemplo es que tras una relación sexual, momento en el que el nivel de oxitocina en sangre se ha elevado, las personas dicen sentir emociones de bienestar, calma y relajación, los cuales son sentimientos compatibles con la formación de vínculos de pareja. Aunque es muy difícil llevar a cabo investigaciones sobre este tema en humanos, se ha encontrado que la inyección de oxitocina produce sensación de relajación y reduce la ansiedad, además de aumentar la confianza. 
Un estudio interesante se hizo con varones, en el que debían jugar a un juego de confianza que consistía en darles dinero, el cual se lo podían dar todo o parte a otro jugador, que era la persona de confianza, para que lo invirtiera. Si esta persona  ganaba dinero en esas inversiones, podía compartir las ganancias con el primer jugador, o bien quedárselo todo. Unos cincuenta minutos antes de empezar el juego, a los sujetos se les aplicó un spray  que contenía oxitocina o bien un placebo. En los sujetos que se aplicó el spray con oxitocina aumentó la confianza en la persona de confianza, a pesar de ser más probable que perdieran todo su dinero al invertirlo. 
En un segundo estudio, se encontró además que la oxitocina reducía la probabilidad de que los sujetos arriesgaran su dinero en un juego de inversión que no implicara a otras personas.


Carlson, N. (2010). Fundamentos de fisiología de la conducta.

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