sábado, 17 de mayo de 2014

Género y orientación sexual

La presencia cada vez más frecuente de personas categorizadas como transexuales en los ambientes clínicos, hospitales y consultas de todo tipo, supone un reto profesional y ético. Aunque se ha consolidado una responsabilidad ética ligada a la clínica, que incluye la cuestión del género, lo cierto es que existe cierta confusión entre los profesionales, tanto sobre los conceptos que manejamos cuando hablamos de todo esto: sexo, identidad sexual, orientación del deseo, género y práctica sexual; cuanto del manejo práctico de situaciones cotidianas en las que se ven envueltas.

Empecemos con dos referencias: en un desarrollo normal, hacia la sexta semana de gestación, las gónadas primitivas comienzan a organizarse, pero aún son bipotenciales, es decir pueden dar lugar a testículo u ovarios. Esto depende de la presencia o ausencia del cromosoma Y, en especial de una parte del cromosoma Y llamado antígeno H-Y que, alrededor de la octava semana, inicia la diferenciación testicular, coincidiendo con la secreción de testosterona. En ausencia de dicho cromosoma Y, la diferenciación ocurre a ovarios, sólo que un poco más tarde (duodécima semana). El que los genitales internos o externos se diferencien depende de la presencia, o ausencia, de andrógenos circulantes. Cuando hay una cantidad insuficiente, o los tejidos no responden a ellos, los genitales del feto se diferencian femeninamente, independientemente de la dotación cromosómica e incluso de la dotación gonadal (Hernández, Rodríguez, García-Valdecasas, 2010).



Los varones transexuales son hombres que se consideran mujeres atrapadas en cuerpos de hombre. Algunos llegan a buscar ayuda médica para conseguir hormonas sexuales femeninas e intervenciones quirúrgicas para cambiar de sexo. En cambio, una gran mayoría de varones homosexuales tienen una identidad sexual masculina: aunque se sienten atraídos sexual y sentimentalmente por otros varones, no se consideran a sí mismos como mujeres, ni tampoco desean serlo. Las diferencias pueden existir en cualquier parte del cerebro. Aún así, la observación de diferencias en a la estructura corporal o cerebral se relacionan con la orientación sexual sugiere que la exposición a hormonas prenatales influye en la naturaleza de la sexualidad de una persona. Aunque se han llevado a cabo muchos estudios no se ha concluido con claridad  donde se ubica la transexualidad dentro de las regiones cerebrales.





Hernández, M., Rodríguez, G., García-Valdecasas, J.(2010). Género y sexualidad: consideraciones contemporáneas a partir de una reflexión en torno a la transexualidad y los estados intersexuales, Revista asociación española de neuropsiquiatría, (105), 75-91.




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